Varios barrios de Capital y GBA

Otra noche de calor y sin luz en varios barrios de Capital y GBA

La térmica superó los 35° y hubo más cortes. Vecinos de Caballito y Flores, entre otros barrios, salieron a la calle a protestar. La postal se repitió en el Conurbano






En los últimos diez días la sensación térmica superó los 30 grados y los cortes de luz trastornaron a una gran cantidad de ciudadanos del área metropolitana. Anoche, no fue la excepción. Varios barrios de la ciudad Buenos Aires y el Conurbano volvieron a presentar cortes en el suministro de energía eléctrica.

Las condiciones climáticas no traen esperanzas a los usuarios que están sin luz. Para hoy está prevista una máxima de 32 grados y el Servicio Meteorológico Nacional emitió un alerta amarilla por el calor. Por lo que se prevé nuevas interrupciones en el servicio eléctrico.

Según informaron desde la Subsecretaría de Emergencias porteña, en la última semana se atendieron cerca de 2.000 reclamos. Personal de esa dependencia brindó asistencia, distribuyó agua potable e instaló grupos electrógenos a familias y personas mayores en edificios afectados.

Anoche, la falta de energía se mantenía principalmente en los barrios porteños de Caballito, Flores y Floresta, presuntamente por una falla en el suministro de alta tensión. Uno de los tradicionales colegio de Caballito, el Dámaso Centeno, ubicado en Rivadavia y Cachimayo, las autoridades educativas decidieron suspender las clases luego de dos día sin luz.

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En esos barrios dejaron de funcionar los semáforos de casi 30 cruces, entre ellos varios de la avenida Directorio, aunque durante la tarde fueron restablecidos.

Esta postal se repetía en lagunas zonas el GBA. Esta madrugada, cansados por la falta de respuesta de las empresas, vecinos del barrio Villa Real decidieron salir a la calle y cortaron el tránsito en avenida General Paz y Beiró. En la zona Sur del conurbano también había cortes de luz en Lanús Este y en Avellaneda.

Lamentablemente el calor continuará toda la semana y recién podría refrescar algo el viernes por la noche, como un tímido anticipo del otoño que comienza el sábado.