sábado, 18 de abril de 2015
Un superordenador ¿sirve para algo?
El Barcelona Supercomputing Center, sede de los superordenadores Mare Nostrum, cumple diez años
¿Habría podido Santiago Ramón y Cajal determinar la existencia de las neuronas individuales en el tejido cerebral sin la utilización de un microscopio? ¿Se habría podido determinar la existencia del bosón de Higgs (la llamada â??partícula de Diosâ??) sin la utilización de un acelerador de partículas?
La respuesta a estas y otras muchas preguntas similares es â??Noâ??. Y es que, como dijo Sir Humphry Davy, padre de la electroquímica y descubridor de varios elementos químicos: â??Nada ayuda más al avance del conocimiento que la aplicación de nuevos instrumentosâ??.
Un supercomputador es uno de estos nuevos instrumentos, una herramienta muy potente, capaz de realizar un increíble número de operaciones matemáticas por segundo: en el caso del superordenador ubicado en Barcelona, llamado Mare Nostrum, mil millones de millones (1015).
¿Y para qué sirve un superordenador? Para muchas cosas, que se pueden resumir en una: la modelización virtual dela realidad. Lasupercomputación es aplicable prácticamente a todas las áreas de conocimiento y por tanto ayuda al avance de todas ellas.
Algunos ejemplos reales de aplicación: análisis del genoma humano, estudio de la estructura y el funcionamiento de las proteínas, modelización de órganos humanos, desarrollo de nuevos fármacos, diseño y construcción de coches trenes o aviones más seguros y menos contaminantes, diseño de bio y nano-materiales, localización de yacimientos petrolíferos, mejoras en la generación y explotación de energías renovables, modelización de reactores de fusión nuclear, diseño de catalizadores, estudios de reactividad en superficies, modelización de sistemas climáticos, hidrológicos y oceanográficos, estudios de difusión de contaminantes, modelos de predicción en astrofísica y exploración espacial, o modelos macro y microeconómicos.
Pensemos por un momento en cómo la tecnología está cambiando nuestro mundo. Desde la época del Imperio Egipcio y hasta la segunda mitad del siglo XVIII, eran necesarias grandes estructuras y muchísimas personas para realizar grandes proyectos. Con la revolución industrial se redujeron sustancialmente los recursos necesarios para acometer grandes transformaciones. Pero es ahora, con la revolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones, cuando se pueden llevar a término proyectos que cambian el mundo con recursos mínimos. Comparemos por ejemplo la construcción de las pirámides en Egipto, la primera cadena de montaje de Ford o el sistema de búsqueda de información de Google en cuanto al nivel de recursos necesarios y de resultados obtenidos.
La supercomputación es a las tecnologías de la información lo que la Fórmula1 ala automoción. Loque ahora probamos en los superordenadores estará al alcance de todo el mundo en unos años.
Adicionalmente a su transversalidad, la supercomputación tiene otra característica impactanteidad predicci resto erminar la exostencia : su increíble evolución en el tiempo: un â??smartphoneâ?? de 2015 es más potente que el mayor superordenador del mundo hace solamente 25 años.
El mundo cambiará más en los próximos 100 años que en los anteriores 1000. Y es nuestra responsabilidad dotar a nuestra sociedad en general, y a nuestra juventud en particular, de las mejores herramientas para desarrollar sus habilidades en este entorno cambiante. Será muy difícil poder competir sin capacidad de computación suficiente.
En unos pocos años tendremos cada uno de nosotros en nuestras manos capacidades de procesamiento de información similares a las que actualmente tiene el Mare Nostrum. ¿Qué seremos capaces de hacer con ello?
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